La Bolsa de Cereales realizó el Lanzamiento de la Campaña Fina 2023/24, en el marco del Seminario “Agrotendencias 2023”, organizado por la Federación de Centros y Entidades Gremiales de Acopiadores de Cereales, donde se presentaron las primeras proyecciones para trigo y cebada. Esta nueva campaña podría presentar un mejor escenario que el ciclo previo, marcando un incremento del área destinada a los cultivos de fina. De esta manera, las 7,6 MHa sembradas generarían una producción total de 23 MTn: 18 MTn de trigo y 5 MTn de cebada.
La apertura del evento estuvo a cargo del Sr. José Martins, Presidente de la Bolsa de Cereales, quien señaló que: “...en lugar de enfocarnos en proyectar modelos de crecimiento con los riesgos propios del negocio (como clima, precios), tendremos que extremar la imaginación para vislumbrar el futuro contexto político-económico nacional. Enfrentaremos la nueva campaña fina con muchas más incertidumbres que certezas”.
En ese sentido, el dirigente destacó que “necesitamos de la política, un entendimiento de nuestra actividad. Nada de subsidios y prebendas. Solo un escenario de reglas claras, sostenibles en el tiempo que den previsibilidad a un sector que invierte y genera divisas, empleo y riqueza de manera federal.”
Agregó que "desde el Consejo Agroindustrial Argentino presentamos un plan de política industrial para los próximos 10 años. Con varios ejes, pensado no solo en el sector, buscando contribuir a una macroeconomía razonable y con foco en la generación de empleo de manera federal, único camino para reducir los actuales índices de pobreza” aseguró.
Referido al sector político, solicitó: "La propuesta del CAA no está escrita en piedra, fue elaborada con mucha responsabilidad, incluyendo a sectores ajenos a nuestra actividad para asegurarnos que el resultado tenga un impacto positivo económico-social para nuestro país. Mejórenlo, agreguen su impronta, pero por favor no lo cajoneen.” finalizó.
A continuación, se analizó el escenario internacional en el que se desarrollará este nuevo ciclo, de la mano de Ramiro Costa, Economista Jefe de la entidad, quien señaló que, más allá de lo que ocurre en la campaña que hoy inicia y de los vaivenes de la coyuntura, no hay que dejar de lado la perspectiva a mediano y largo plazo. Esta discusión es de importancia porque contribuye a pensar al sector y sus necesidades con una mirada estratégica. En ese sentido, destacó que la propuesta del Consejo Agroindustrial Argentino permitiría una cosecha de fina que supera los 30 millones de toneladas a 5 años y 35 millones a 10 años.
En el plano internacional, destacó que estamos ante focos de incertidumbre a seguir de cerca con impacto en los precios, como el acuerdo entre China y Australia, el acuerdo de Estambul, los shocks que pueden tener las medidas de los bancos centrales como respuesta al contexto macroeconómico, y las perspectivas de oferta y demanda mundial.
Con relación al escenario climático para la nueva campaña, Eduardo Sierra, Especialista en Agroclimatología, aseguró que el estado de “La Niña”, que continuó durante la temporada 2022/2023 en gran parte del área agrícola nacional, evolucionará hacia un escenario “El Niño” según el consenso de gran parte de las instituciones que modelizan el clima a nivel mundial. Destacó que las precipitaciones pronosticadas para el mes de junio, junto con las lluvias que se observarían en lo que resta de mayo, podrían mejorar las condiciones de humedad para la siembra de fina en el centro-este del área agrícola nacional.
Además, señaló que las heladas tardías podrían no extenderse más allá de mediados de agosto marcando un escenario más benigno en comparación al ciclo previo. Ya hacia la primavera, los efectos de un escenario “El Niño” se podrían acentuar, pero de manera heterogénea a lo largo del país. En conclusión, se trata de un escenario de transición ya que el inicio de la campaña está marcado por reservas hídricas ajustadas, pero con posibles mejoras durante la primavera que podrían apuntalar los cultivos de esta nueva campaña de fina 2023/2024.
Con este panorama, Cecilia Conde, Jefa del Dpto. de Estimaciones Agrícolas de la Bolsa de Cereales, expresó que la superficie a ocupar con trigo durante este nuevo ciclo alcanzaría las 6,3 MHa, registrando un incremento interanual de 3,3 % (Superficie campaña trigo 2022/23: 6,1 MHa), mientras que en el caso de cebada el área ascendería a 1,3 MHa, manteniendo de esta manera la superficie registrada el ciclo previo. Respecto a las proyecciones de producción, las mismas estarán sujetas a la evolución en las lluvias durante la ventana se siembra y el período de definición de rendimiento en cada una de las zonas PAS. En consecuencia, la proyección de cosecha ascendería a 18 MTn para el trigo, reflejando un aumento interanual del 45 %, mientras que en cebada se prevé una cosecha de 5 MTn, cifra que resulta en un incremento interanual del 32 %, explicado en mayor medida por una concentración del área destinada al cultivo en regiones con alto potencial productivo.
En cuanto al contexto local, Sebastián Gariboldi, Analista de Dpto. de Estudios Económicos, indicó que los precios locales de los granos e insumos presentaron bajas respecto al año anterior. Agregó que, si bien todavía permanecen en niveles relativamente elevados, la mayor caída en el costo de los insumos mejora las relaciones insumo producto de los planteos de trigo y cebada para la nueva campaña 2023/24. El analista remarcó que los productores presentan una necesidad de recomponer su situación económica para la próxima campaña gruesa y, si bien enfrentan desafíos climáticos, financieros y de disponibilidad de insumos, presentan un marcado interés en su intención de siembra.
Por su parte, Daniela Regeiro, Analista del Dpto. de Investigación y Prospectiva Tecnológica, compartió las expectativas de aplicación de tecnología para cuatro regiones agrícolas diferentes. En las regiones Norte y Sur del área agrícola su utilización se mantendría, pero con diferentes enfoques: la región Norte adoptará una tecnología media a baja para trigo, cuyo objetivo es principalmente de cobertura, mientras que la región Sur utilizará una tecnología media a alta para trigo y cebada. En el área central apuntarán a planteos más defensivos, con un uso de tecnología condicionado a las precipitaciones que ocurran en los próximos meses. En general, este análisis permitirá mejorar la productividad y eficiencia en la producción agrícola en las diferentes regiones.
Finalmente, al presentar las cifras de aporte económico de ambas cadenas, Ramiro Costa, destacó que las 23 millones de toneladas de cosecha fina 2023/24, se traducen en 5.427 millones de dólares de contribución al PBI, un 33 % más que la campaña pasada. Impactan en estos cambios el efecto de incremento en la cantidad producida por 2.178 MUSD, una mejora de 138 MUSD por disminución en los costos de los insumos, y un efecto negativo de 982 MUSD por menores precios de exportación de los granos, aunque el efecto neto es positivo. Al mismo tiempo, el valor de exportaciones proyectado, aunque lejos del pico de 21/22, se encontraría por encima del promedio de los últimos 5 años.