La presentación de "Cultivos genéticamente modificados en la agricultura paraguaya", el documento elaborado por las entidades, se realizó en el evento Agro Dinámica en la ciudad de Hohenau, Paraguay.

En el mismo, se analiza el proceso de adopción de los cultivos GM en Paraguay: la situación actual, los principales impactos económicos-ambientales y los desafíos hacia el futuro de la agricultura del país.

En la disertación, se expusieron los resultados más importantes del estudio, entre los que se encuentran:

• El uso de cultivos GM fue autorizado a partir de 2004. Desde allí se han aprobado 458 variedades GM: 58% de Soja, el 41% de maíz y 1% a algodón, con un ritmo de adopción elevado en los tres cultivos.
• Los OGM y la Siembra Directa fueron clave para todos los tipos de productores, con beneficios en mejoras en el cuidado del suelo, menores costos y mayores rendimientos asociados al paquete tecnológico y, con ello, mejoras en los márgenes.
• Beneficios económicos a nivel micro con el uso de OGM : los márgenes de producción son superiores en 122,5 USD/ha en promedio en soja, y 94,5 USD/ha para el maíz. Tiene menores costos de producción y mejores rendimientos promedio.
• Beneficios económicos a nivel macro: desde 2004, 1,4 MHa adicionales se sembraron gracias a las semillas GM y a sus tecnologías relacionadas. Los años 2004-2021 sumarían mejoras por 32 mil millones de dólares (91% de corresponde a la soja y el 9% al maíz).
• Valor agregado: En la campaña 20/21 el principal componente está en la producción primaria, con 1.967 MUSD; 637 MUSD en servicios de transporte y comercialización, 82 MUSD aporta la industria de crushing de soja, y 290 MUSD de incremento en la recaudación fiscal.
• Impacto en el medio ambiente: los cultivos GM permitieron una reducción en emisiones de carbono = al consumo anual de combustible de 133 mil autos, una acumulación de carbono en el suelo de 1.201 miles de toneladas para la campaña 2021/2022.
• Desafíos: seguir acercándose al rendimiento potencial por medio de mejoras en el balance de nutrientes de los suelos; mejorar el manejo de malezas resistentes a herbicidas y, cuidar la tecnología Bt con refugios.
• A largo plazo: se requiere continuar implementando esquemas sistémicos de intensificación sostenible, con estructuras institucionales y marcos normativos que estén a la altura del desafío.
• Se renueva la necesidad de integrar los aspectos de la política nacional con las políticas referidas a las negociaciones comerciales internacionales.