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Sembrando ideas

Un espacio de discusión y análisis sobre la actualidad del sector agroindustrial argentino e internacional.

Fecha de Publicación: 08/09/2022

La situación en el Mar Negro y el Acuerdo de Estambul

Luego de 6 meses desde el inicio de la invasión de Rusia en Ucrania, el conflicto parece no encontrar una solución en el corto plazo. El sector agrícola ucraniano continúa sufriendo los efectos de la Guerra, y las estimaciones de exportaciones de granos de Ucrania se reducen entre un 40 y 60% en relación a la campaña previa. En este escenario, el Acuerdo de Granos firmado por las partes a fines de julio aumentó la expectativa de una posible normalización de las exportaciones ucranianas y trajo algo de respiro al mercado internacional. No obstante, las recientes críticas del presidente Putin cubren con un manto de duda las posibilidades de éxito. En el presente artículo se describirán los efectos del conflicto sobre precios y flujos comerciales de Ucrania; se actualizará la situación del sector agrícola en Ucrania, y se analizarán las modificaciones en las estimaciones de superficie sembrada, producción y exportaciones para las campañas 2021/22 y 2022/23. Finalmente, se analizarán los primeros impactos y la expectativa en torno al reciente Acuerdo de Estambul.

Autores: Sebastián Gariboldi (BC), Estefanny Vásquez (BC) y Agustin Tejeda Rodríguez (BC)

Ver aquí el artículo completo.

1. Introducción: la invasión de Rusia a Ucrania

La reciente invasión rusa sobre el territorio ucraniano marcó una nueva etapa en el histórico conflicto entre ambos países, y añadió importantes fuentes de incertidumbre a un complejo escenario global con múltiples efectos sobre los mercados mundiales de commodities (Bolsa de Cereales, 2022). Lejos de visualizarse el final del conflicto, el parlamento ucraniano prorrogó la ley marcial por otros tres meses hasta el 21 de noviembre de 2022, mientras persisten los combates y los rusos continúan incrementando el número de tropas.

En principio, la guerra impactó sobre los precios internacionales, que escalaron a niveles históricamente altos, y distorsionó los flujos comerciales, a partir del bloqueo total de las exportaciones ucranianas vía Mar Negro y las numerosas sanciones económicas que impulsaron los gobiernos occidentales sobre la economía rusa. Enmarcada en un contexto de stocks relativamente bajos en la mayoría de los granos, y un proceso de inflación a nivel global, la invasión, entonces, agravó la crisis de alimentos y energía en la que se encontraba el mundo, afectando especialmente a los principales compradores de granos del Mar Negro: países vulnerables del Norte de África y Medio Oriente.

Ante la posibilidad de que Rusia, y especialmente Ucrania, no puedan retornar al mercado internacional en el corto plazo, y con las disrupciones en el abastecimiento de insumos clave para la producción agropecuaria, la preocupación por el abastecimiento mundial de alimentos escaló al tope de la agenda internacional. Los países, tanto importadores como exportadores, comenzaron a tomar medidas restrictivas al comercio, que no hacen más que agravar el ya ajustado balance de oferta y demanda mundial.

Sin embargo, en los últimos meses, la situación parece lentamente comenzar a mejorar. Comienzan a definirse las cosechas en otras partes del mundo, mientras que Rusia ha mostrado un fuerte dinamismo en sus exportaciones. A esto se suma el reciente Acuerdo de Granos firmado por las partes, con las mediaciones de Turquía y las Naciones Unidas, que elevó la expectativa de una posible normalización de las exportaciones ucranianas y trajo algo de respiro al mercado internacional. No obstante, las recientes críticas del presidente Putin al Acuerdo cubren con un manto de duda las posibilidades de éxito.

A continuación, pasados 6 meses desde el inicio de la invasión, se describirán los efectos del conflicto sobre precios y flujos comerciales; se actualizará la situación del sector agrícola en Ucrania, y finalmente, se analizarán los primeros impactos y la expectativa en torno al reciente Acuerdo de Estambul.

2. Efectos sobre producción y exportaciones: ¿qué pasó hasta ahora?

Desde el inicio del conflicto bélico todas las actividades económicas de Ucrania se vieron fuertemente afectadas; se estima en 2022 una contracción del PBI de un 45,1% en relación al año 2021  (Banco Mundial, 2022). Con una participación sobre la economía que excede el 10%, el sector agropecuario ucraniano no ha sido ajeno al conflicto.

Para comprender los efectos de la invasión sobre el desempeño de Ucrania en los mercados internacionales, en el Gráfico 1 se puede observar las distintas etapas que el país estaba atravesando al momento de la invasión, vinculadas con la producción y la comercialización de granos de las campañas 2020/21 y 2021/22.

       Gráfico 1. Evolución cronológica de las campañas afectadas por el conflicto bélico.

Fuente: Bolsa de Cereales

La cosecha y comercialización del trigo 2021/22; la comercialización del maíz y el girasol campaña 2021/22; y todas las etapas vinculadas con la nueva campaña 2022/23 se realizan bajo el escenario de Guerra, lo que imprime gran incertidumbre sobre cuáles serían los niveles efectivamente producidos y exportados por Ucrania con relación a productos como trigo, maíz y aceite de girasol en la nueva campaña.

La intención de siembra para la próxima campaña se vería afectada por los riesgos que conlleva hacer inversiones en un marco de guerra, donde a los factores señalados anteriormente se suma el hecho de que los productores no pueden desprenderse de sus granos almacenados, debido al lento ritmo de las exportaciones. Las regiones ocupadas, que representarían un 22 % de la superficie histórica de Ucrania, quedarían completamente fuera de los planes para la próxima campaña de Ucrania (NASA Earth Observatory, 2022).

En términos generales, la invasión se distribuye entre la zona este y sur de Ucrania, que involucra buena parte de la producción agrícola de trigo y girasol. Por ejemplo, según datos del USDA, sumando el territorio de Járkov, Lugansk, Donetsk, Zaporiyia y Jersón hay, aproximadamente, un 5% de la producción ucraniana de maíz condicionada; mientras que para el girasol y trigo, la producción condicionada escala al 29%, aproximadamente.

En relación a la nueva campaña de granos gruesos 2022/23, se estima que entre abril y mayo se sembraron 4,6 MHT de maíz, un 16% menos que el año 2021, mientras la superficie con girasol alcanzó 4,7 MHT de girasol, un 30% por debajo a las cifras del año anterior (Ministerio de Política Agraria y Alimentación de Ucrania, 2022). Un panorama no muy distinto se estaría proyectando para la próxima siembra de cultivos de invierno. Se prevé que la cosecha de trigo para la campaña 2022/23 solo logre alcanzar 15 millones de toneladas, entre un 30% y 40% menos en comparación a 2021 (Ukranian Agri Council, 2022)

Para determinar el efecto final sobre la producción de cereales y oleaginosas, además de la superficie sembrada (tierra), hay que tener en cuenta también otros factores como el trabajo, el capital y la tecnología, que se vieron modificados como consecuencia del conflicto. La guerra dejó significativos daños sobre la infraestructura agrícola del país. Según un estudio conjunto realizado por el Ministerio de Política Agraria y Alimentos de Ucrania y el Center For Food and Land Use Research, habría daños en el sector agrícola por USD 4.300 millones hasta el momento: los daños sobre las tierras de cultivo y cultivos sin cosechar representarían el 50% de esa cifra, la maquinaria un 22%, productos almacenados un 14%, un 6% las instalaciones de almacenamiento y el 8% restante los daños sobre otras estructuras.

Las posibilidades de producción también se contraerían producto del limitado acceso a la tecnología, especialmente a algunos insumos clave como semillas, fertilizantes, pesticidas y combustibles. Gran parte de los cuellos de botella están relacionados con la interrupción de las importaciones, los elevados precios de los insumos, y los problemas financieros que enfrentan los productores por la falta de liquidez tras no poder vender su mercadería.

En consecuencia, el último informe mensual del USDA indica que la producción de la nueva campaña 2022/23 sufriría impactos negativos como consecuencia de la guerra. Las caídas más grandes se darían en girasol y trigo, que registrarían un retroceso de 46% y 41% en relación con la campaña pasada, y un 38% y 30% en comparación al promedio de las últimas 5 campañas. En cuanto al maíz, la caída en producción representaría un 29% en comparación a la campaña anterior. No obstante, estas proyecciones están sujetas a cambios según el curso de la guerra, que guardan bastante incertidumbre. Con relación a las exportaciones, dado un nivel relativamente bajo de consumo doméstico de Ucrania, un elevado porcentaje de la producción de destina a los mercados internacionales, por lo que la logística del comercio exterior se vuelve un factor relevante. En este sentido, el éxito del acuerdo firmado se vuelve fundamental, ya que el 75% de las exportaciones ucranianas de cereales, oleaginosas y subproductos ocurren a través de las rutas marítimas del Mar Negro[1].

No obstante, a pesar de los avances en la reanudación del comercio exterior, las exportaciones proyectadas para la campaña 2022/23 se ubicarían, para el total de cereales 25 millones de toneladas por debajo a los registrados en campañas previas, lo que reflejaría una reducción del 50% en relación a los niveles pre-guerra. Evaluando la situación por cultivo, en el Gráfico 2 se observa una caída significativa de las exportaciones de trigo durante el período del conflicto en comparación al promedio de los últimos 3 años y al año anterior, con recuperación a partir de julio. Mientras que maíz (Gráfico 3), a pesar de que también registró una caída de las exportaciones, fue recuperándose más rápidamente, dados los esfuerzos realizados para incrementar el nivel a través de diferentes medios y mitigar la crisis generada.

 

Gráfico 4. Evolución de las Exportaciones de Trigo en Ucrania       

 

Fuente: Bolsa de Cereales en base a datos de Comtrade, Trademap y Ministerio de Política Agraria y Alimentación de Ucrania. 

 

Gráfico 5. Evolución de las Exportaciones de Maíz en Ucrania.

Fuente: Bolsa de Cereales en base a datos de Comtrade, Trademap y Ministerio de Política Agraria y Alimentación de Ucrania. 

De todas maneras, hubo una notable reducción de las exportaciones en términos acumulados desde el comienzo del conflicto hasta julio. Teniendo en cuenta todos los granos, las exportaciones llevarían acumuladas 7,56 millones de toneladas, un 61% por debajo con relación al mismo periodo del año pasado. Dentro del conjunto de commodities, el maíz fue el que ha tenido una mayor participación en las exportaciones siguiendo la tendencia del año pasado. Trigo ha sido el cultivo que más sufrió la caída, con una reducción del 83% respecto al año pasado. Mientras que la semilla de girasol, un producto que solía ser procesado para ser exportado como aceite, está registrando aumentos significativos en sus niveles exportados (Ministerio de Política Agraria y Alimentación de Ucrania, 2022) tras la interrupción de las plantas de procesamiento.

Ante la parálisis de los puertos del Mar Negro, gran parte de la reanudación de los flujos comerciales en los meses posteriores a la invasión estuvo vinculada a los esfuerzos para exportar por medio del ferrocarril a través de la frontera con Hungría y Polonia y, rutas fluviales por el Río Danubio. En general, la capacidad de cargamento de ambas alternativas no es muy eficiente en razón de costos y volumen (FAO, 2022). El puerto Izmail, ubicado sobre el Rio Danubio frente a la frontera con Rumania, ha sido uno de los puertos fluviales con una mayor aceleración en el ritmo de exportaciones. Sin embargo, la exportación a través de los puertos fue recuperando lentamente participación en los últimos meses.

Mas allá de los logros en aumentar el ritmo de exportación, las cadenas de suministros siguen siendo poco eficientes y rentables, agregando sobrecostos al grano en Ucrania[2]. La aceleración en el ritmo de exportaciones no forma parte de un proceso económicamente viable, sino más bien a una actitud de desprenderse del grano ante el riesgo de pérdidas pos-cosecha y nuevos ataques. Los menores precios recibidos por los granos y los elevados costos de transporte afectan directamente la economía de los productores ucranianos.

La falta de infraestructura para el almacenamiento agrava este comportamiento. De acuerdo a AMIS, gran parte de las fábricas productoras de silos se encuentran destruidas. En esta situación, Ucrania debería exportar 7 millones de toneladas entre agosto y octubre para no tener problemas de almacenaje[3] producto de la llegada de la nueva cosecha. En agosto, según las cifras del Ministerio de Política Agraria y Alimentación de Ucrania, se habrían exportado 4,27 millones de toneladas, logrando un récord desde el comienzo de la invasión, entre un 60 y 70% de lo que se exportaba antes del conflicto bélico según el Consejo Agrario de Ucrania. De mantenerse este ritmo, la realidad acerca de la situación de almacenaje podría empezar a cambiar.

 

3. Precios internacionales: ¿cómo se movieron?

La gran preocupación sobre el impacto de la invasión en los mercados internacionales, y sus efectos sobre los precios, están relacionados con la importancia de Rusia y Ucrania en el comercio mundial de commodities. Como consecuencia, al momento de la invasión, los precios de los principales granos alcanzaron máximos históricos.

Durante los primeros meses, los mercados respondieron aumentando exponencialmente la demanda de dichos productos tanto con fines de cobertura como especulativos. Luego, al acelerarse el ritmo de exportaciones y avanzar las tareas de siembra y cosecha, la incertidumbre comenzó a despejarse y los mercados empezaron ajustar sus posiciones en granos, lo que impactó sobre los precios, que volvieron a los niveles preguerra (Gráfico 4).

La tendencia a la normalización del mercado de fertilizantes contribuyó a esta situación, dado que todo indicaría que la pérdida de exportaciones rusas y bielorrusas no serían tan importantes como se esperaba, además de la vuelta de China al mercado internacional (Bolsa de Cereales, 2022). Otro factor importante, ha sido la implementación de políticas monetarias más restrictivas por parte de los bancos centrales de los países más importantes del mundo, precisamente ante la suba inicial de los precios internacionales de los commodities que impactó sobre los niveles de inflación.

Gráfico 8. Evolución de los Precios Internacionales.

Fuente: Bolsa de Cereales en base a datos de CBOT

4. El Acuerdo de Estambul

Con el fin de normalizar las exportaciones a través del Mar Negro y atenuar la crisis generada por la escasez de granos e insumos en los mercados internacionales, el pasado 22 de julio se firmó un acuerdo para normalizar las exportaciones marítimas de ambos países en conflicto. Con las mediaciones de Turquía y la Organización de las Naciones Unidas (ONU), se firmó un acuerdo entre el primero y Ucrania para establecer un corredor seguro que permita reanudar las exportaciones a través de los puertos de Odesa, Chornomorsky y Yuzhny. Se establece un marco de reglas que las partes se comprometieron a cumplir durante por lo menos 120 días, con posibilidad de extensión, entre ellas:

    a)  Brindar máximas garantías con respecto a un entorno seguro y protegido para todos los buques que participen.

    b)  Establecer un Centro de Coordinación Conjunta en Estambul con representantes de las partes y de la ONU.

   c)   Establecer equipos de inspección en Turquía para comprobar la ausencia de cargamentos y personal no autorizados a bordo de los buques que entren y salgan de los puertos ucranianos.

    d)  Toda actividad desarrollada en aguas territoriales de Ucrania estará bajo la autoridad y responsabilidad de Ucrania.

    e)  Las partes no atacaran buques mercantes, civiles e instalaciones portuarias que participen en esta iniciativa.

    f)   Las exportaciones saldrían, en primera instancia, por Odessa, Chornomorsky y Yuzhny.

    g)  Crear un centro de Control Conjunto (JCC) en Estambul, que programará y monitoreará los envíos.

Por su parte, el acuerdo también incluye la reanudación de las exportaciones de cereales y fertilizantes rusos (Aclaración: no se extendió al gas natural, que en los últimos meses ha sufrido subas de precios significativas).

Tras el acuerdo, según datos de la ONU, se ha podido exportar alrededor de 0,98 millones de toneladas entre granos y oleaginosas, siendo Turquía el principal destino de estos productos y maíz el principal producto. Es de suponer que gran parte del cultivo se encontrara atascado en el Mar Negro y ahora sea el producto de mayor exportación.

5. Acuerdo de Estambul: ¿logrará la normalización de las exportaciones de la región? ¿qué esperar hacia adelante?

No se encuentran elementos para suponer un pronto final al conflicto bélico, por lo que la sostenibilidad y el éxito del Acuerdo de Estambul se vuelven cruciales pensando en las decisiones de los productores ucranianos de cara a la próxima campaña. Siendo un país exportador neto de alimentos, la demanda de granos, y los precios recibidos dependen de las posibilidades que ofrece el mercado internacional. De este modo, los sobre-costos y la sobre-oferta agravada por las dificultades de almacenamiento, impactan negativamente sobre los precios domésticos. Si a esto se suman los aumentos en los costos de producción y la menor disponibilidad de insumos, los productores se enfrentan a una caída en la rentabilidad, que junto a la falta de liquidez y la ausencia de crédito tendrá, sin dudas, un efecto negativo sobre la producción de la próxima campaña. Esto sin contar la caída de la producción en los territorios ocupados.

Solo la reanudación de las exportaciones a través del Mar Negro ofrecería los incentivos para que los productores realicen la inversión necesaria para la próxima campaña y descomprimiría el sistema de almacenaje. Pero solo esto no alcanzará, y de mantenerse el conflicto serán necesarias políticas destinadas a fortalecer la posición financiera de los productores y garantizar la disponibilidad de insumos. Por este motivo, el gobierno ucraniano con el apoyo de la Unión Europea, lanzó el Registro Agrario Estatal (DAR)[4], donde productores podrán solicitar subsidios estatales, programas de crédito subvencionados, así como préstamos y asistencia técnica de la UE u otros donantes internacionales.

Las expectativas positivas que despertó el Acuerdo, y los primeros movimientos de buques y llevaron algo de alivio en forma de menores precios internacionales. No obstante, las recientes críticas del presidente ruso Vladimir Putin, señalando que deberían restringirse los países que podrían recibir cargamentos desde los puertos de Ucrania, sembraron dudas sobre las posibilidades del Acuerdo. Putin denunció que la mayoría de los buques van dirigidos, a través de Turquía, a la Unión Europea, y no a los países más afectados por la crisis alimentaria mundial[5].

Por este motivo, frente a la crisis alimentria, el mercado internacional irá monitoreando diariamente la evolución de las exportaciones ucranianas, de cada al inicio de la temporada alta de comercialización. El ajustado balance de oferta y demanda mundial no ofrece mucho margen si las exportaciones no recobran la fluidez de pre-guerra. Especialmente, cuando la crisis económica, los problemas en los mercados de insumos y la sequía que afecta a varias regiones del globo se encuentran restringiendo la capadidad de respuesta de aquellos países que estaban llamados a ocupar el espacio que Ucrania deja por la fuerza en el mercado mundial.

 


[1] http://www.amis-outlook.org/fileadmin/user_upload/amis/docs/AMIS_webinar_on_Ukraine_grains/AMIS_webinar_July_2022_UGA_Gorbachov.pdf

[2] http://www.amis-outlook.org/fileadmin/user_upload/amis/docs/AMIS_webinar_on_Ukraine_grains/Ukraine_export_rates_July2022_Dorrestein.pdf

[3] http://www.amis-outlook.org/fileadmin/user_upload/amis/docs/AMIS_webinar_on_Ukraine_grains/AMIS_webinar_Ukraine_grain_19072022_Karavaytsev.pdf

[4] https://www.dar.gov.ua/about-dar

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