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Sembrando ideas

Un espacio de discusión y análisis sobre la actualidad del sector agroindustrial argentino e internacional.

Fecha de Publicación: 17/03/2022

Restricciones al Comercio e (In)Seguridad Alimentaria

Mucho se ha avanzado por la Seguridad Alimentaria en los últimos años, pero los acontecimientos recientes ponen en evidencia que estos avances son sensibles a factores disruptivos como grandes sequías, la pandemia, o conflictos, especialmente cuando se suceden en regiones importantes para la producción, consumo y comercio de alimentos y energía. En este artículo se relevan las nuevas medidas adoptadas por diferentes países como consecuencia del conflicto bélico entre Ucrania y Rusia que restringen aún mas el comercio, poniendo en peligro las ganancias obtenidas hasta la fecha en términos de seguridad alimentaria. Se hace particular hincapié en el rol que juega la Argentina en este contexto internacional particular. 

Autores: Jimena Vicentin Masaro (Fundación INAI), Nelson Illescas (Fundación INAI), Estefanny Vásquez (BC) y Agustin Tejeda Rodríguez (BC)

La seguridad alimentaria es uno de los desafíos más importantes que enfrenta el mundo. En los últimas décadas se han hecho progresos muy importantes, y el aumento de la productividad agrícola junto al comercio internacional han jugado un papel fundamental. Pero los últimos acontecimientos ponen en evidencia que los avances obtenidos en materia de seguridad alimentaria no son permanentes. Los sistemas alimentarios son particularmente sensibles a acontecimientos disruptivos como grandes sequías, la pandemia, o conflictos, especialmente cuando se suceden en regiones importantes para la producción, consumo y comercio de alimentos y energía. En la figura 1 puede verse la evolución positiva del Índice del Hambre Global (GHI) lograda en algo más de 20 años, con expectativas de ver retrocesos en las próximas mediciones. Se necesita un fuerte compromiso de los países para cuidar los logros obtenidos y continuar reduciendo el hambre en el mundo, especialmente en momentos de vulnerabilidad como el que estamos viviendo.

 

Figura 1. Evolución del Índice del Hambre Global 

Fuente: Fundación INAI con datos de Concern Worldwide and Welthungerlife

Ciertamente, decisiones unilaterales de restricción del comercio pueden romper con el débil equilibrio a nivel global y afectar en consecuencia a todo el mundo, pero en mayor medida a los países en desarrollo importadores netos de alimentos. En este sentido, la seguridad alimentaria por la que tantos esfuerzos se han realizado, se encuentra en un punto crítico. Es imperativo lograr que los países actúen en forma coordinada, para evitar una escalada de medidas restrictivas que agraven la situación. Solo un comercio fluido y sin barreras permitirá la estabilización de los mercados globales.

En los últimos años, a los fenómenos climáticos que han afectado a los principales países productores de alimentos y piensos, se le sumaron los problemas logísticos que generó la pandemia de COVID-19, que impactaron negativamente sobre la oferta. Al mismo tiempo, se produjo una rápida recuperación de la demanda, especialmente en China, lo que llevo a los mercados de granos a una situación de relativa escasez y precios históricamente altos. En este contexto irrumpe la guerra en Ucrania, que involucra a dos de los principales exportadores de granos y energía. Esta guerra ha sentado nuevas bases de tensiones, y genera interrogantes sobre el futuro de la provisión de alimentos a escala global.

Tal como se ha analizado en Vicentin Masaro y Tejeda (2021), las causas de variaciones de los precios están principalmente relacionadas con los condicionantes de la oferta y demanda. Estos condicionantes pueden evidenciarse en los mercados con escasez o abundancia relativa de productos, que motivan movimientos en los precios para ajustar dichos mercados a las nuevas condiciones. El movimiento en los precios depende de cuán intenso sea el shock en el mercado y cuáles sean las expectativas en torno a dicho shock.

Asimismo, existen factores internos que son endógenos a los episodios de precios altos, y actúan como amplificadores de la volatilidad. Dentro de estos factores exógenos están las políticas discrecionales de comercio adoptadas en períodos de inestabilidad, así como las actividades especulativas y los niveles de inventarios mundiales, los cuales influyen como amplificador dependiendo de cuán duradero se espere que sea el shock.

Dados los relativamente bajos niveles de stocks con los que cuenta el mundo en la mayor parte de los granos, y el peso tan grande que tienen Rusia y Ucrania sobre la oferta mundial, el efecto directo del conflicto en el Mar Negro fue una escalada de precios sin precedentes, que impacta sobre todos los países del mundo. Al mismo tiempo, existe un re-direccionamiento de los flujos comerciales, producto de la suspensión de las exportaciones de Ucrania y las sanciones comerciales aplicadas a Rusia. En línea con esto último, un grupo de países  notificó ante la OMC su decisión de excluir a Rusia del tratamiento de Nación Más Favorecida (NMF). Esto implica que el cobro de aranceles a la importación a productos rusos en dichos países no estará sujeto a lo fijado en las listas de compromisos de la OMC, y por ende, serán más elevados.

 

Figura 2. Índice del precio de los alimentos (FAO).

Estos aumentos en los precios de las commodities llevaron a que el índice de precios de los alimentos de la FAO[1] se sitúe en febrero de 2022 en un promedio de 140,7 puntos, es decir, 5,3 puntos (un 3,9 %) más que en enero y 24,1 puntos (un 20,7 %) por encima de su nivel de hace un año. Estos niveles son incluso más altos que los alcanzados en 2010-2012, anterior pico de precio de commodities, representando un nuevo máximo histórico, que supera el máximo anterior de febrero de 2011 en 3,1 puntos.

 

Medidas con afectación al comercio

Ante esta situación y preocupados por la seguridad alimentaria de sus poblaciones, los países han comenzado a adoptar medidas preventivas con efectos sobre el comercio internacional.  Estas involucran adelantar compras, buscar nuevos proveedores, acumular stocks y relajar requisitos para las compras en el caso de los importadores; y restringir ventas en el caso de los exportadores. Dado que el conflicto ha repercutido tanto sobre los precios y la disponibilidad de granos como de insumos, las medidas se suceden en ambos lados del mercado.

Como se señaló anteriormente, estas políticas de empobrecer al vecino generan un efecto dominó entre los distintos países, que ante el temor de la escases llevan al mundo a un peor equilibrio, con menos comercio y mayores precios, como ya sucedió en las anteriores crisis alimentarias de 2008 y 2012. Diversos estudios han demostrado que durante los episodios de alta volatilidad y picos de precios de productos agropecuarios en 2007/08 y 2011/12, las políticas adoptadas por los distintos países con el objetivo de protegerse de esta situación tuvieron el efecto contrario, exacerbando los movimientos de las cotizaciones (Anderson, Ivanic & Martin, 2013; Estrades, Flores & Lezama, 2017).

Más aún, estos episodios generan un importante daño a la confianza del mercado mundial como una fuente confiable de alimentos. En contextos como el actual, vuelven a ponerse sobre la mesa conceptos como soberanía alimentaria, autosuficiencia y cadenas cortas de suministro, que pueden tener efectos sobre el mediano y largo plazo.

En este sentido, un nutrido grupo de países ha comenzado a aplicar medidas sobre el comercio[2] basadas en los conceptos ante citados. A modo de resumen, se pueden mencionar:

  • Bulgaria, que planea incrementar sus reservas de trigo, aumentando las compras a productores locales, no tanto para resguardarse del incremento en los precios sino por temor a un intento de invasión. Además, también están evaluando establecer restricciones a las exportaciones y evidenciándose algunas demoras en las cargas.
  • Hungría, por su parte, ya ha prohibido las exportaciones de granos.
  • Serbia anunció la prohibición de las exportaciones de trigo, maíz, harina y aceite para cocinar, bajo la expectativa de un fuerte retroceso económico y con intenciones de abastecerse para asegurar el consumo interno.
  • Indonesia, ha endurecido las habilitaciones a las exportaciones de aceite de palma, medida que afecta aún más el incremento de precios de otros aceites sustitutos.
  • Moldavia, aun siendo un pequeño exportador, ha suspendido sus ventas por el momento.
  • Los países dependientes de las importaciones situados en el Medio Oriente y Norte de África (MENA) se encuentran en una posición bastante compleja. Algunos de ellos, como Iraq, han comenzado a aumentar sus reservas; otros, como Egipto o el Líbano, comenzaron a buscar nuevos proveedores, por ejemplo India, país con el cual tienen ya instalado un comercio; otros, como Turquía y Siria, con fuertes necesidades de abastecerse, pero cuyas compras se ven limitadas por los altos precios del mercados, comienzan a racionalizar sus stocks. En este contexto, América se vislumbra como un origen aún un poco incierto por los altos costos de transporte y tiempos de espera.

Figura 3. Países con medidas restrictivas al comercio

Por otro lado, el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación de España, Luis Planas, durante una intervención en la Comisión de Agricultura, Pesca y Alimentación del Congreso español señaló que, con motivo de las consecuencias que la guerra en Ucrania está teniendo en el sector agroalimentario, la Unión Europea (UE) debería flexibilizar los requisitos de importación de cereales, especialmente el maíz, desde Argentina o Estados Unidos en materia de residuos de fitosanitarios o de Organismos Genéticamente Modificados (OGM)[3]. En efecto, dicha flexibilización ya es un hecho, y aunque se menciona como provisoria, resuenan otros países de la UE que podrían seguir los pasos de España de considerar los productos latinoamericanos para aprovisionamiento de insumos.[4]

Esta flexibilización, además de dar cuenta de la falta de sustento científico para prohibir ciertos productos por parte de la UE, también demuestra de la necesidad de ampliar el abanico de proveedores para evitar que una interrupción de los flujos comerciales ponga en riesgo el abastecimiento de ciertos insumos. Aunque este temor muestra los primeros signos: ya existen medidas de racionamiento en la industria alimenticia en España, donde cadenas de supermercados limitan las ventas minoristas de ciertos productos para dilatar la reducción de los stocks, medida que puede generar aún más conflicto desde la percepción de la demanda[5].

Las medidas enumeradas muestran la importancia de que existan acciones desde organismos internacionales para brindar información y lograr algún mecanismo de coordinación de las respuestas individuales a nivel global para evitar situaciones del pasado y garantizar la seguridad alimentaria mundial. En este marco, es especialmente importante que los principales proveedores, como Argentina, eviten estas acciones y brinden señales de confianza a los importadores, para lograr tranquilizar los mercados. Argentina en particular está ante la oportunidad de presentarse como un exportador confiable de alimentos en un mundo incierto y volátil, lo que tendría efectos positivos sobre su inserción internacional en los tiempos que vienen.

Consideraciones finales

El FMI[6] ha señalado que la economía global comenzó el año 2022 en una posición más débil de lo que se esperaba anteriormente. A medida que se propagaba la nueva variante Ómicron de COVID-19, los países han vuelto a imponer restricciones de movilidad. Por otro lado, señaló que el aumento de los precios de la energía y las interrupciones en los suministros han desembocado en una inflación más alta y generalizada de lo previsto, especialmente en los Estados Unidos y en muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo. A este panorama debe ahora incorporarse el conflicto bélico y sus consecuencias sobre los flujos y precios de alimentos, energía e insumos.

En este contexto, una escalada en medidas de corte proteccionista puede restringir aún más los flujos comerciales e impulsar aún más los precios de los productos básicos, lo que podría tener graves consecuencias para los países importadores netos de alimentos de bajos ingresos, muchos de los cuales han visto un aumento en las tasas de desnutrición en los últimos años debido a las interrupciones causadas por la pandemia.

El cierre del comercio produce efectos negativos para todos los actores del sistema alimentario, sobre todo en los más vulnerables. Se ha mencionado en otras oportunidades y hoy más que nunca debe recordarse que el comercio internacional es fundamental para compensar diferencias geográficas entre la producción y el consumo; para actuar como estabilizador de los precios internacionales ante los frecuentes eventos climáticos y shocks que afectan de manera diferenciada a distintas regiones del planeta; y para favorecer un uso más eficiente de los recursos naturales y su conservación desde una perspectiva global.

 

Referencias

Anderson, K., Ivanic, M., & Martin, W. J. (2014). Food price spikes, price insulation, and poverty. In World Scientific Reference On Asia-Pacific Trade Policies: 1: Political Economy of Agricultural Protection in East Asia (pp. 575-605).

Estrades, C., Flores, M., & Lezama, G. (2017). The role of export restrictions in agricultural trade (No. 938-2017-307).

Food and Agricultural Organization (FAO) (2022). www.fao.org

Instituto Internacional de Investigación sobre Políticas Alimentarias (IFPRI) (2022). www.ifpri.org

International Money Fund (IMF) (2022). www.imf.org

Tejeda Rodríguez, A., Illescas, N., Jorge, N., Gianatiempo, J. P. & Vicentin Masaro, J. (2022). Ucrania-Rusia: efectos sobre los mercados internacionales y el agro argentino. Bolsa de Cereales & Fundación INAI. Disponible en: https://www.bolsadecereales.com/blog

Vicentin Masaro, J. & Tejeda Rodríguez (2021). Explorando las causas de los precios altos. Fundación INAI & Bolsa de Cereales. Disponible en: https://www.bolsadecereales.com/post-22

 

[1] https://www.fao.org/worldfoodsituation/foodpricesindex/es/

[2] Al momento que se desarrollaba este artículo, Argentina anunciaba el cierre de registro de exportaciones de aceite y harina de soja. Al no vincularse directamente al conflicto, no ha sido referenciado en el listado, aunque sí en el mapa de referencia. Puede consultarse el trabajo específico sobre el tema aquí:  https://acortar.link/NqoA6c

[4] https://news.agrofy.com.ar/noticia/198581/guerra-rusia-ucrania-pedido-urgente-espana-comprar-maiz-argentina , https://www.efeagro.com/noticia/espana-flexibiliza-las-condiciones-para-importar-maiz-de-argentina-y-brasil/

[5] https://n9.cl/gsjvj , https://theobjective.com/espana/2022-03-11/aceite-girasol-espana/

[6] https://www.imf.org/en/Publications/WEO/Issues/2022/01/25/world-economic-outlook-update-january-2022

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