Fecha de Publicación: 11/03/2022
Clima y nuevo escenario mundial: el impacto en la economía agropecuaria argentina
Los mercados internacionales se enfrentan a una elevada volatilidad, y las variaciones de precios día a día pueden implicar grandes cambios en las estimaciones de la contribución del sector agroindustrial a la economía Argentina para la campaña actual.
En artículos anteriores se han analizado las causas de esta volatilidad, incluyendo al conflicto bélico entre Ucrania y Rusia, así como las caídas en producción en Sudamérica producto de la sequía (Ver https://bolsadecereales.com/post-28). Por tanto, este artículo se centra en las consecuencias de esta sobre los principales agregados del sector.
Ventas al exterior
La estimación de exportaciones de granos y subproductos para la campaña 2021/22 ha sufrido modificaciones desde el inicio. Como punto de referencia, asumiendo una situación climática promedio y los precios de exportación vigentes en el último trimestre del año pasado, habría sido posible estimar exportaciones por 38.128 millones de dólares, un incremento de 11% en relación a la campaña anterior (https://bolsadecereales.com/post-27).
Sin embargo, ya durante el Lanzamiento de la Campaña Gruesa de la Bolsa de Cereales en septiembre de 2021, previéndose los efectos de un clima desfavorable, se estimó una baja de 7%, a 35.557 mil millones, explicada por una caída de 10 millones de toneladas de granos producidas con respecto a un escenario base.
Más recientemente la situación de caída en las exportaciones para el nuevo ciclo fue revertida por la escalada en los precios de los commodities, tanto por las características del conflicto bélico y la importancia de los países involucrados en el comercio de trigo, maíz y girasol, como por el empeoramiento de la sequía en Brasil y Paraguay.
De hecho, es posible calcular que, en relación al escenario base, la disminución en las cantidades producidas por el impacto de la sequía implicaron pérdidas en divisas por 4.402 millones de dólares; que serían más que compensadas por un incremento de 6.821 millones de dólares gracias a los mayores precios internacionales. Se observa entonces un efecto neto positivo de 2.420 millones de dólares que lleva a la estimación de exportaciones totales para la campaña 2021/22 a 40.547 millones. En relación a la campaña previa, esto implica un aumento de 7,5% o 2.800 millones de dólares adicionales.
Indicadores sectoriales
Los cambios en los precios repercuten, además, en el resto de los indicadores de contribución del sector agroindustrial a la economía. Por ejemplo, en términos de recaudación fiscal el nuevo escenario implicaría mil millones de dólares adicionales en relación a 2020/21, principalmente por derechos de exportación, pero también por ganancias e ingresos brutos.
Contribución del sector – M. USD
Fuente: Bolsa de Cereales. |
Al respecto, es importante mencionar que las estimaciones corresponden a los precios observados hasta el 2 de marzo, por lo que pueden existir nuevos cambios en los meses siguientes, especialmente si se considera que solo el 35% de las exportaciones previstas poseen ya declaraciones juradas de venta al exterior (DJVE) y por tanto tienen precio. Resta todavía mucho por comercializar, especialmente para aceite de soja y harina de soja, productos que cuentan con un 17% y un 10% declarado a esa fecha.
Por último, si bien las mejoras en el producto bruto agrícola son significativas, se debe evitar que las cifras agregadas escondan la situación de fragilidad financiera que muchos productores puedan encontrar como consecuencia de la sequía.
Observaciones
El crecimiento significativo que han experimentado los precios internacionales, especialmente en el último mes, permitiría compensar las pérdidas en las cantidades producidas por el déficit hídrico, resultando en una nueva contribución récord del sector agroindustrial a las exportaciones, el valor agregado y la recaudación fiscal durante este 2022. No obstante, debe subrayarse que estas estimaciones están sujetas a una alta incertidumbre, no solo por los impactos finales de la sequía sobre nuestra producción, sino especialmente por la volatilidad que registran los mercados internacionales como consecuencia de la invasión rusa a Ucrania.
Asimismo, la situación a mediano plazo es también incierta, debido tanto a factores de precios de productos e insumos, o a potenciales disminuciones en el crecimiento del PBI global, como a dudas sobre cómo se configurará la matriz de flujos de comercio de granos a futuro ante las diversas sanciones a Rusia. De más está decir que escenarios potencialmente negativos para el sector son también factibles (Ver, por ejemplo, https://bolsadecereales.com/post-28 ), por lo que las acciones locales deben tender a reducir la incertidumbre más que a incrementarla.
En un contexto complejo como el que estamos atravesando a nivel local e internacional, serán determinantes políticas que envíen señales claras a los productores de cara al nuevo ciclo productivo, y a nuestros principales socios comerciales. Argentina y la región tendrán un rol protagónico en la estabilización de los mercados y la seguridad alimentaria mundial, que por supuesto traería beneficios en materia de exportaciones e inserción internacional. Al mismo tiempo, resulta evidente la necesidad de continuar trabajando internamente en el desarrollo de una política integral de gestión del riesgo agropecuario.