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Sembrando ideas

Un espacio de discusión y análisis sobre la actualidad del sector agroindustrial argentino e internacional.

Fecha de Publicación: 04/10/2022

Lanzamiento de Campaña Gruesa 2022/23

En este comienzo de campaña, el escenario está signado por un marco de enormes incertidumbres. A los factores internacionales, se le suman los locales. En el presente artículo se presentan las primeras estimaciones de la campaña gruesa, donde se analizan principalmente factores climáticos y económicos, para luego presentar las estimaciones de los cultivos extensivos.

Autores: Bolsa de Cereales

Escenario Climático

Para la campaña 22/23 se prevé un escenario climático transitorio. Actualmente enfrenta la resistencia del fenómeno “La Niña” perjudicando los cultivos de verano, provocando un déficit hídrico en sectores del área agrícola durante las etapas reproductivas de los cereales. Como se aprecia en el gráfico 1, se espera que a partir de febrero del 2023 la situación se revierta a un escenario más neutral, con una condición climática que beneficiaría los cultivos de invierno de 23/24.

Gráfico 1. Temperatura superficial del mar mensual para la región NINO3.4.

Fuente: Australian Bureau of Meteorology.

Escenario Económico

Los precios de los principales cultivos evidenciaron una suba importante en el último tiempo, ubicándose en niveles históricamente altos. Comparando los precios a cosecha de soja y maíz, estos registran aumentos del 30% y 20% en promedio, respectivamente, en relación con la campaña anterior (Gráfico 2), y entre un 43% y 39% más que el promedio de precios de las últimas 5 campañas. La relación de precios entre ambos cultivos a principios de la pre-campaña parecía favorecer a la soja, pero con el reciente aumento sostenido de los precios de maíz por encima de los evidenciados en la soja, se revirtió dicha ventaja. Esta elevada volatilidad en la evolución de los precios es consecuencia de la incertidumbre que se observa en los mercados internacionales, producto de factores disruptivos como la invasión de Rusia a Ucrania.

Gráfico 2. Precios a cosecha del Maíz y de la Soja.

Fuente: Elaboración en base al Matba-Rofex.

Este contexto de incertidumbre también afectó a los costos, que experimentaron incrementos importantes. Los elevados precios de los insumos ya se evidencian desde hace un año, primero con irrupciones en las cadenas de suministro y luego con el inicio de la guerra entre Rusia y Ucrania.

En relación a la campaña pasada, los insumos como combustibles, fitosanitarios y fertilizantes han aumentado, en promedio, entre 23%, 41% y 70% respectivamente. Si se analizan los costos aplicados a diferentes planteos, esto es, valorizar los costos de producción considerando semillas, fertilizantes, otros químicos y labores, se puede ver que producir maíz cuesta más del doble que producir una hectárea de soja, habiendo experimentado el primero un incremento porcentual asimismo más elevado que para la oleaginosa (Gráfico 3)

Gráfico 3. Costos de producción (USD/ha) y Variación Interanual de los costos (USD)

Nota: Se consideran los planteos promedio de las zonas que tienen una participación mayor al 10% en la producción total de cada cultivo. Fuente: Bolsa de Cereales.

Incorporando la información de precios y costos, se pudo constatar que los márgenes brutos de producción se mantienen por arriba con relación a la campaña previa en casi todos los planteos. Considerando los rindes proyectados, los cultivos con menores riesgos y que destacan mejores márgenes brutos para 2022/23 serían soja y girasol. El maíz temprano tiene los mayores márgenes en caso de obtener rindes promedios, aunque dadas las condiciones climáticas adversas se pone en duda de que esto pueda cumplirse.

Pero a los factores económicos internacionales que afectan la toma de decisiones, se destaca otro de carácter local, que está relacionado con la aplicación de medidas de política aplicada al sector. En este aspecto, se han señalado tres medidas de política que afectan a las decisiones de producción de la presente campaña. En primer lugar, los volúmenes de equilibrio que operan en el maíz y el trigo, que se materializan como restricciones a las exportaciones y generan incertidumbre sobre el panorama que pueda encontrar el productor al momento de cosecha. Segundo, la implementación del tipo de cambio para la soja que, aunque temporario, ha mejorado las condiciones de comercialización para este cultivo aunque, a su vez, ha sido acompañada por otras medidas que tuvieron un efecto ambivalente sobre estos productores. Y por último, las restricciones al acceso de divisas para la compra de insumos claves que han afectado la disponibilidad y los precios de fertilizantes en la primera mitad del año.

Escenario de la adopción tecnológica

Este escenario internacional, sumado a las condiciones climáticas e internas del país, condicionarían a la aplicación de tecnología, en un momento donde la transición hacia sistemas más amigables con el medio ambiente es fundamental.

La fertilización, una de las variables que define la tecnología aplicada a los cultivos, viene mostrando mejoras campaña tras campaña. Sin embargo, las proyecciones para la campaña 2022/23 podrían cambiar la tendencia con menores cantidades aplicadas debido a múltiples razones.

Una de ellas se basa en que las gramíneas explican un importante porcentaje del consumo de fertilizantes, que en esta campaña tendrían una menor participación en el área nacional debido a un traspaso de maíz a soja. En adición a esto, el posible traspaso de planteos de maíces tempranos a tardíos significaría una disminución en el consumo de fertilizantes, debido a que las dosis de fertilizantes aplicadas a maíces tardíos son menores a las de los tempranos.

Por otro lado, el clima se volverá un factor fundamental, dado que la escasa disponibilidad de agua en los suelos que dificulta la absorción de los nutrientes por las raíces de los cultivos.

Gráfico 4. Consumo de fertilizantes (mill. de ton)

 

Fuente: Bolsa de Cereales.

En términos generales, el sector agropecuario argentino viene respondiendo a la agenda de la sostenibilidad, y aunque los factores mencionados en la campaña 2022/23 podrían ocasionar un retroceso en dichos indicadores conseguidos, podrían también ser una oportunidad para continuar profundizando el sendero mediante la adopción de tecnologías que hagan aún más eficiente el uso de insumos y recursos, reduciendo a su vez el impacto ambiental, como son el análisis de suelo, la nutrición por ambientes y la utilización de insumos de origen biológico.

Estimaciones de área sembrada y producción

Bajo el escenario descripto anteriormente, se estima para la campaña 2022/23 una caída en la superficie total a nivel nacional ubicándose en 34,5 MHa (-0,1% en relación a 21/22) generando una menor producción de 127,7 Mtn (-1,6%), como se puede ver en el gráfico 5. Dentro de los principales cultivos, la proyección de área sembrada para soja crecería un 2,5%, mientras que la producción aumentaría un 11% con respecto a la campaña anterior. En cuanto a maíz, se proyecta una caída del 2,6% del área sembrada y una disminución del 3,8% de la producción. Finalmente, tanto el área como la producción estimada para el trigo presentaría un descenso del 9% y 22% por debajo a las cifras de la campaña pasada.

Gráfico 5. Estimaciones de producción para los cultivos en la campaña 2022/23

Fuente: Bolsa de Cereales.

El aumento del área proyectada para la soja impactaría en los niveles de producción que, tras un escenario climático complejo, podría alcanzar los niveles de producción del maíz, luego de ubicarse por debajo en las seis últimas campañas.

En cuanto a los cultivos de la campaña fina habría resultados inversos para trigo y cebada. Por un lado, el área sembrada de cebada presentaría un aumento del 8,3% mientras que el trigo un descenso del 9,0% respecto al año anterior. De todos modos, la falta de humedad en períodos claves para estos cultivos permiten predecir una caída de los rendimientos, y con esto, en el volumen producido, aún más importante en el caso del trigo.

Gráfico 6. Variaciones interanuales de los cultivos, distribución de área y evolución de la producción de soja y maíz.

Fuente: Bolsa de Cereales.

Respecto al futuro de la campaña, el desenvolvimiento de la siembra y la condición de los cultivos en las diferentes regiones estarán sujetas al clima esperado en los próximos meses y a la disponibilidad de insumos y semillas. Por lo que restará ir monitoreando el avance de las lluvias para ir analizando su evolución.

Aporte Económico del Sector

La contribución de estas producciones a la economía estaría sujeta a múltiples fuentes de incertidumbre provenientes del frente internacional, el local y de la situación climática. A partir de esto, se prevé que el sector respondería con una contribución a la economía menor que la campaña anterior, aunque todavía manteniéndose en niveles notoriamente elevados. La caída en cantidades producidas, los ajustes en el uso de tecnología y la reducción de área en muchos de los cultivos son algunas de las respuestas ante este escenario de riesgo.

A pesar del contexto, la inversión de los productores aumentaría en valor, traccionada por el aumento de precios de los insumos, alquileres y servicios.

Por otra parte, las exportaciones tendrían una disminución del 9,2% con respecto a la campaña previa, ubicándose en USD 40.932 millones. Se espera que las menores cantidades, sumado a los menores precios determinarán una contribución más baja en las 6 cadenas consideradas para la campaña 2022/23.

Gráfico 7. Contribución de las seis cadenas a la economía y su variación interanual.

Fuente: Bolsa de Cereales

El valor agregado se ubicaría en USD 50.655 millones, reflejando una caída del 11,8% frente a la campaña previa, aunque manteniéndose en niveles históricamente altos. Desagregando la distribución del PBA por cadenas, la soja y el girasol ganarían participación, reflejando lo que ocurre con las áreas sembradas.

 

Proyecciones Mediano y Largo Plazo

El aporte de divisas récord de 2021/22 está explicado por los altos precios internacionales y no por un crecimiento del sector en términos reales. Más aún, para la nueva campaña 2022/23 las cantidades producidas quedarán por debajo del potencial que podría alcanzarse, a causa no solo de una situación climática crítica coyuntural. 

Argentina viene perdiendo participación mundial en las exportaciones de granos y subproductos, en un marco donde el contexto internacional ofrece una oportunidad para lograr nuevos destinos y consolidarse en un mundo cada vez más desafiante. Este comportamiento de las cantidades producidas y exportadas es fuertemente influenciado por políticas que generan desincentivos y distorsiones. Tal es así que, según la OECD, la política agropecuaria argentina es definida como la más negativa del mundo.

Gráfico 8. Evolución de cantidades de granos y subproductos de Argentina

Fuente: Bolsa de Cereales, INDEC y USDA-PSD.

Teniendo en cuenta las proyecciones de la Fundación INAI en una mirada ampliada de mediano y largo plazo, la producción de granos en Argentina crecería un 22% para 2031/32 en caso de mantenerse las políticas actuales. En un escenario con mayores distorsiones, considerando restricciones a las exportaciones similares a las de 2015, crecería sólo un 14% en igual período, con caída de la superficie sembrada, y considerando que ese porcentaje de incremento toma como base un año de sequía, el 21/22. En cambio, bajo un escenario con mayores incentivos al productor, de inversiones y de exportaciones, es posible lograr un crecimiento del 44%, es decir, más del doble que el escenario base que nos permitiría superar las 190 Mton de granos.

Gráfico 9. Producción de granos en Argentina a 2031/32

Fuente: Fundación INAI.

Ese marco de políticas favorables para potenciar el crecimiento del sector y genere incentivos está basado en tres partes. Por un lado, una estabilización macroeconómica que genera las condiciones necesarias para cualquier sector pueda planificar e invertir; una segunda parte, generar el desarrollo productivo que disminuya la desprotección que hoy opera sobre el sector; y el tercero, la necesidad de desarrollar una política de inserción internacional inteligente y flexible para maximizar las relaciones comerciales con todos los socios, superando los retos de la nueva geopolítica, del cambio climático y la sustentabilidad.

Comentarios Finales

El mercado internacional se presenta cada vez más desafiante, aunque demanda crecientes cantidades de alimentos. Pero la respuesta de argentina será menor a la esperada en cantidades, lo que determinará una menor contribución a la economía, aunque manteniéndose en niveles históricamente altos debido a efectos precios.

Argentina viene creciendo por debajo de su potencial desde los últimos 15 años, pero tiene los atributos para consolidase como un proveedor confiable de alimentos. Se requiere una estrategia que priorice la inserción internacional y disminuya la desprotección en los sectores competitivos, estableciéndose mejores perspectivas para la agroindustria y del desarrollo territorial, lo que puede lograrse con una activa y ambiciosa agenda público-privada.

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