Las recientes lluvias han sido oportunas para mejorar las condiciones de humedad en zonas clave, favoreciendo la siembra de maíz y girasol, que hasta la semana pasada se encontraban retrasadas por la falta de lluvias. Para la soja, cuya siembra recién comienza, estas precipitaciones llegan en un momento ideal, asegurando un mejor arranque. Este alivio climático también mejora el estado de los cultivos de fina en las áreas más afectadas. Sin embargo, a nivel global, mientras Estados Unidos avanza rápidamente en la cosecha de sus granos, la siembra de soja en Brasil sigue retrasada, generando incertidumbre en los mercados.
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